Luego de haberle dado oportunidad al fujimorista Melgar Valdez, a su derecho de
rectificación, ejercemos nuestro derecho de réplica para insistir en el punto de
vista que hemos sostenido desde un comienzo que es que el congresista debe ser
investigado por la Comisión de Ética por la cadena de indicios graves que lo
señalan como una persona proclive a la trampa y al aprovechamiento del
patrimonio público, lo que contradice su función actual de representante de la
nación. Veamos:
1) No existe un debate sobre las tecnologías que el señor
Melgar afirma emplear para el uso del agua en sus tierras, sino una sanción de
la Autoridad Nacional del Agua (ANA) por emplear mucha más agua de la que estaba
autorizado y en predios que no eran los declarados, como el propio congresista
lo reconoce aunque diga que ha impugnado ante instancias superiores. Lo que sí
es de notar es que una inspección judicial ha encontrado recientemente que
tierras que eran del Estado y que fueron declaradas en posesión productiva,
están realmente abandonadas y sin riego, lo que pone por lo menos en
interrogantes su hipotéticamente ejemplar tecnología del agua de
riego.
2) El intento de transferir la responsabilidad sobre los errores
de uso del agua asignada a la Comisión de Regantes de la zona no parece muy
digno de un empresario agrario exitoso, pero aún si fuera cierto que los
encargados no abrían y cerraban las tomas en los horarios adecuados, habrá que
hacerle recordar al congresista agricultor el nombre de don Eugenio Bravo
Rosales, presidente de la comisión de regantes del subsector de riego San Felipe
que abastece a Agropecuaria San Ramón SAC y que ya lleva ocho años en el cargo,
a pesar de que los estatutos prohíben su reelección, por influencias del
empresario Melgar Valdez.
3) Nadie ha dicho tampoco que los terrenos que
ahora dispone don Elard Melgar sean ilegales, en el sentido de que algún
tribunal hubiera dictaminado tal condición. Por el contrario hemos dicho que el
señor Melgar consiguió hacerse de 415 hectáreas de propiedad del Estado
arguyendo “prescripción adquisitiva de dominio”, en otras palabras abandono del
propietario y ocupación pacífica, continuada y pública de los terrenos por
espacio de diez años, siendo favorecido por el Poder Judicial (que según se dice
hizo una constatación de la posesión en tierras que no eran las reclamadas) y la
procuraduría del ministerio de Agricultura que apeló a destiempo el fallo de
primera instancia.
4) Finalmente tampoco se ha dicho que el actual
congresista esté enjuiciado penalmente, sino que lo estuvo por incurrir en
“denuncia calumniosa” para no reconocer un contrato y una letra que había
firmado con el que fuera gerente de tres de sus empresas, asunto que arregló a
través de una transacción extrajudicial con la que reconocía que el contrato y
el documento de garantía eran válidos (ante el juez había declarado que eran
fraudulentos y que su firma y la de su esposa habían sido falsificados). Este
caso que debió concluir en su condena por estar demostrado que quiso abusar de
la Justicia, concluyó en una absolución posterior al acuerdo de las partes,
cuando el delito ya estaba cometido.
5) El congresista que nos rectifica
finalmente se ha olvidado de explicar entre otras cosas, porqué declaró cero
ingresos y rentas en su documento de hoja de vida ante el Jurado Nacional de
Elecciones, ahora que varios de sus colegas están siendo denunciados por falsa
declaración; y qué significa que en l misma ficha de Registros Públicos en la
que renuncia al cargo de gerente general de Agropecuaria San Ramón SAC,
cediéndoselo a su hijo, aparezca su nombramiento como Apoderado de la empresa
con poderes amplios ante bancos, financieras y otros contratistas que lo
mantienen como el personaje central de la empresa, violando la ley.
Como
se ve, el tema del congresista ronda bastante el tema de ética con la que
actuamos para hacer negocios y que no tiene que ver con terceras personas, sino
con la responsabilidad y honestidad con la que se ejercen los cargos de
representación.
fuente: http://rwiener.blogspot.com/2012/09/respuesta-al-congresista-elard-galo.html