Hoy
24 de junio se cumplieron 22 años de la
desaparición del periodista huachano Pedro Yauri Bustamante, a manos del grupo
paramilitar Colina. Con ese motivo familiares y colegas periodistas
participaron de un acto litúrgico en la catedral de Huacho, posteriormente se efectuó un homenaje póstumo
en el cementerio general de Huacho, manteniendo firme las exigencias a las
autoridades competentes que no cesen las investigaciones para que aparezcan los
restos de este reconocido hombre de prensa.
A
continuación una nota publicada en Huacho.info el 3 octubre, 2010
Pedro
Herminio Yauri Bustamante, periodista, natural de Huacho, en 1992 tenía 33 años
de edad, estaba casado con Liliana Coca Castro y tenía tres hijas. Había
egresado de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional José Faustino
Sánchez Carrión de Huacho y era director y conductor del programa radial “Punto
Final” en Radio Universal. En este espacio radial, que gozaba de buena sintonía
en la zona, acogió diversas denuncias sobre abusos cometidos por algunas
autoridades del gobierno, sobre actos de corrupción de funcionarios públicos y
sobre excesos cometidos por las fuerzas del orden en el marco de la lucha
contra la subversión. A la vez los oyentes de su programa solían efectuar
llamadas a micrófono abierto denunciando hechos de corrupción.
Contexto. En
1992 el Perú se encontraba convulsionado por el accionar subversivo. En el año
1991 ocurrieron 1956 atentados cometidos por Sendero Luminoso y el Movimiento
Revolucionario Túpac Amaru. Sólo en abril de 1992 se habrían producido un total
de 1241 víctimas y 537 atentados en todo el Perú.
La
provincia de Huaura era considerada “zona roja” por la existencia en sus
alrededores de células subversivas que actuaban esporádicamente realizando
diversos atentados. De enero de 1991 a junio de 1992 se registraron 126
acciones en la zona comprendida por las provincias de Huaura, Barranca, Huaral,
Oyón y Cajatambo. En Huaura, se habían producidos 28 atentados.
La
provincia de Huaura fue declarada en estado de emergencia. En enero de 1992,
por Decreto Supremo N· 004-92DE/CCFFAA, el Poder Ejecutivo prorrogó por 60 días
el Estado de Emergencia en el departamento de Lima y la Provincia
constitucional del Callao.
La
CVR. La Comisión de la Verdad y Reconciliación en su momento logró
determinar que el ciudadano Pedro Herminio Yauri Bustamante, durante el
ejercicio de su actividad profesional de periodista, fue víctima de
desaparición forzada y ejecución extrajudicial producida el 24 de junio de
1992. Las conclusiones de la CVR sobre el caso Yuari constituyen la fuente
principal de este artículo. Vamos a detallar su desaparición y muerte, pero no
sin antes mencionar unos antecedentes.
Detenido
en 1989. A causa de la difusión en su programa de un casete alusivo al
MRTA, fue detenido por miembros de la Policía Nacional junto con otro personal
de la radio. Luego, los efectivos policiales, en presencia del fiscal penal de
turno, allanaron y registraron el domicilio de cada uno de los cuatro
detenidos, quienes fueron investigados por la presunta comisión del delito de
apología de terrorismo. Estuvo detenido 45 días en la estación policial y luego
fue puesto en libertad al no encontrarse vínculo con el MRTA, ni
responsabilidad en el delito.
Poco
tiempo después, fue premiado como el mejor periodista de año en la provincia de
Huaura.
La
familia Ventocilla. El 25 de mayo de 1992, Yauri denunció que Rafael
Ventocilla Rojas y sus hijos,
Alejandro, Agripino y Simón, habían sido detenidos por cargos de terrorismo y
torturados en la base militar de Atahuampa. Todos fueron liberados gracias a la
presión que ejercieron las denuncias radiales del periodista. El mismo día de
la desaparición de Yauri también desaparecieron los Ventocilla. A la mañana
siguiente, los cadáveres de seis miembros de la familia Ventocilla fueron
encontrados en el caserío de Balconcillo, a 8 kilómetros de la carretera
Huaura-Sayán. El cuerpo del periodista, en cambio, no fue hallado hasta la
actualidad.
La
última despedida. Pedro Yauri pasó la tarde del 23 de junio de 1992 con
sus hijas y, al caer la noche se despidió de ellas con un “nos vemos luego”
para dirigirse al pequeño local que había alquilado en la calle Sáenz Peña, al
costado del Casino de Huacho. En ese lugar guardaba el equipo radial que
utilizaba en sus emisiones diarias. Allí lo esperaba su padre, don Anastacio,
quien lo ayudaba con la vigilancia.
En
la madrugada unos golpes en la puerta despertaron a las hijas del periodista.
Era don Anastasio. Tenía las manos amarradas y una expresión de pavor: “Se han
llevado a Pedro”, dijo. Contó que siete sujetos vestidos como comando
ingresaron al local “armados y alterados”. Luego de golpearlo, amarraron al
anciano y le cubrieron la cabeza con una frazada. Después se llevaron a su
hijo.
Todo
fríamente planificado El mismo 23 de junio, después de convocarse en Lima
a los integrantes del Grupo Colina, el Mayor EP Santiago Martín Rivas
conjuntamente con el Mayor EP Carlos Pichilingue Guevara, y los agentes
operativos Hugo Coral Goycochea, Jesús Antonio Sosa Saavedra, Julio Chuqui
Aguirre, Wilmer Yarleque Ordinola, Gabriel Vera Navarrete, Héctor Gamarra
Mamani, Jorge Ortiz Mantas, Fernando Lecca Esquen, Antonio Pretel Damaso, Ángel
Arturo Pino Díaz, Pablo Atuncar Cama, Hércules Gómez Casanova, Carlos Caballero
Zegarra Ballón, Rolando Meneses Montes de Oca, Angel Sauñi Pomaya y José
Alarcón Gonzales, habían partido a bordo de dos camionetas hacia Huacho. El
objetivo de su misión no dejaba lugar a dudas. Cada uno llevaba armas de fuego
(ametralladoras HK, fusiles automáticos y granadas de guerra), pasamontañas,
cal y palas (para enterrar los restos de sus víctimas).
Antes
de llegar a Huacho, se desviaron cerca a una playa de la zona. En este lugar,
Martín Rivas detalló y distribuyó el trabajo que debían realizar los demás agentes,
disponiendo que un subgrupo se dirigiera al domicilio de Pedro Yauri
Bustamante, con la finalidad de secuestrarlo y conducirlo a la citada playa.
El
comando de la muerte estuvo conformado por Carlos Pichilingue Guevara, Julio
Chuqui Aguirre, Pablo Atuncar Cama, Jorge Enrique Ortiz Mantas, Gabriel Vera
Navarrete, Antonio Pretel Damaso y José Alarcón Gonzales. El subgrupo, portando
armas de fuego y a bordo de una camioneta, llegó a la Plaza de Armas de Huacho
el día 24 de junio de 1992, a las 02.00 horas, aproximadamente, estacionándose
frente al domicilio del periodista, ubicado en la avenida Sáenz Peña Nº 279.
Inmediatamente
de descender del vehículo, tocaron la puerta del inmueble colindante, en el que
funcionaba el “Casino Huacho”, y luego de amenazar a su vigilante José Luis
Cavero Huallanay, subieron hasta el segundo piso. Desde este nivel se
deslizaron hacia el pasadizo de acceso a la habitación de Pedro Yauri
Bustamante, quien se encontraba descansando en compañía su padre Anastasio
Yauri Leandro. Ingresaron violentamente a dicho ambiente, les solicitaron sus
documentos personales y, después de golpear y maniatar al anciano padre,
sacaron al periodista y lo condujeron a la referida playa. En ese lugar los
había estado esperando el Mayor Santiago Martín Rivas y el resto de los
integrantes del Grupo Colina para perpetrar su macabra misión.
Valiente
ante la tortura. Yauri Bustamante fue interrogado sobre personas
vinculadas con organizaciones terroristas y sus direcciones. Lo golpearon
salvajemente y lo obligaron a seguir cavando un agujero en la arena que habían
empezado los miembros del grupo.
Con
un coraje a prueba de torturas, Yauri Bustamante afrontó la muerte ante sus
verdugos. Años después, el suboficial Julio Chuqui Aguirre declaró ante los
magistrados que el valor del periodista conmovió hasta a sus asesinos y relató
la escena con detalles escalofriantes.
-¿Quiénes
son los que te apoyan?… habla c…- vociferó Rivas.
-¿Para
qué te voy a contestar si igual me vas a matar?- respondió Yauri.
Rivas
comprendió que el valiente periodista no se rendiría.
-Se
va- dijo a sus hombres con la macabra frase con la que condenaba a muerte a sus
víctimas.
Un
agente del grupo Colina (los testimonios señalan a Jorge Ortiz Mantas) le
disparó un balazo a la cabeza. Los verdugos enterraron el cadáver en el hoyo
cavado por el propio periodista.
El
proceso y la sentencia. Llevar ante un tribunal al grupo Colina costó años
de esfuerzo, ya que en principio el mismo gobierno negaba la existencia de este
aparato militar. Muchísimos factores se oponían a que se llegara a una
sentencia, desde la Ley de Amnistía No. 26479, llamada “Ley de Impunidad”, que
favoreció a los agentes del Estado (civiles, policías y militares) que
estuviesen procesados o investigados por cualquier crimen contra los Derechos
Humanas, ocurrido entre mayo de 1980 y Junio de 1995, hasta el último intento
al que se acogió el grupo Colina con el DL 1097 del setiembre 2010.
Pero
finalmente en fecha 1 de octubre de 2010, en coincidencia con la celebración
del día del periodista, la I Sala Penal de Lima condenó a 25 años de prisión al
ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos, al ex jefe del grupo Colina,
Santiago Martín Rivas, y al ex jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas
Juan Hermoza Ríos, por los crímenes de Barrios Altos, la desaparición de nueve
campesinos del Santa y del periodista Pedro Yauri. La condena alcanzó también
al ex comandante general del Ejército, Julio Salazar Monroe. Asimismo, fueron
condenados, aunque con otras penas, 20 miembros del grupo de aniquilamiento.
El
tribunal encontró a los acusados culpables de los delitos de homicidio
calificado, secuestro, desaparición forzada y asociación ilícita para
delinquir.
(Fuente: PRIMERA PLANA)
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